Muchas veces vemos que hay personas que creen dictar el ejemplo solamente
con palabras sea cual sea el ámbito donde estemos en la vida, sea deportivo, o laboral siempre los encontraras.
Por lo general por un tiempo la gente los escucha pero el encantamiento
dura muy poco cuando vemos que esas palabras no se transforma en hechos en sus propias Vidas.
Tu compromiso es la
mejor manera para inspirar a otros a
que se involucren en la causa por la que están allí.
Viendo este plano desde lo deportivo
siempre fui un convencido que no se puede dictar o ayudar a mejorar a otros si
no logramos encontrar nuestro camino dentro de lo que elijamos seguir, en mi
caso fue en el 2008 donde conocí la rama deportiva del paintball (Speedball) y fue
allí donde entendí que el camino del cuidado físico en conjunto con mi cultura
de siempre exigirme a mas, finalmente encontraba el conducto justo para mis ya
32 años. Cualquiera hubiera tomado esto como un juego o un pasa tiempo para
divertirse, pero en mi mente tenía la idea de donde quiera llegar, sabiendo
claramente que para este deporte ya estaba grande y con una familia a cuestas
para invertir no solo todo mi foco en aprender, sino mis recursos para poder
entender la visión fuera del país.
Los años fueran dando frutos a mi trabajo
como jugador y si bien el camino con mi primer equipo no fue con buenos
resultados, hoy entiendo que fue parte del viaje que me llevo en su principio a
conocer Sudamérica como jugador novato.
Siempre me enfoque en ser el mejor sin
importar cuánto me tardara sin entender hasta ese momento que esto es una
escuela que nunca termina, pero que nos deja ser los alumnos avanzados de la
clase.
Mientras mas me dedicaba en silencio,
me di cuenta que mas inspiraba a otros a sumarse, lo cual me dio una nueva visión
de lo que está pasando a mi alrededor al dedicarme plenamente y mostrar con
ejemplos que todo era posible.
Un día después de que en una mesa se
disidiera que el equipo no continuaría junto en argentina, volví a casa, hable
con mi mujer y le explique que invertiría una temporada en buscar en Sudamérica
mi forma de juego, ella realmente es una gran esposa y apoyo mi decisión, por
lo cual tome los contactos que la gira del año anterior me había dejado y emprendí
mi viaje de juego.
Aquí comienza lo bueno, porque llegue a
muchos países como parche en categorías menores pero mi trabajo en el campo de
juego destacaba mi esfuerzo y mi responsabilidad por el deporte que realmente
amaba, y fue allí al llegar a Colombia donde con un equipo de rejunto logramos
una victoria soñada en una categoría amateur, fue allí donde los ojos de muchos
dueños de equipos de las divisiones D2 comenzaron a notar mi juego, pero no fue
por decir “ Hey Miren lo bueno que soy” Sino por mostrarlo con hechos, así fue
que al final de la temporada estaba jugando en D2 con Piel rojas y aprendiendo
a superarme día a día para dar lo mejor. Allí estaba yo en el camino que me había
trazado en el 2008 y que había conseguido tan solo en 3 años y continúa hasta
la fecha. Mi esfuerzo por superarme a mi mismo había rendido los frutos, todo lo demás fue una gran escuela, el contacto con otros equipos en las divisiones altas, los entrenamientos compartidos, y el trabajo de los coachs me abrieron la cabeza para seguir forjandome en este deporte que tanto amo.
Pero aquí está la moraleja, siempre que
entreno equipos o jugadores, hablo poco y demuestro mucho ya que tengo la
tendencia de llevarlos por este camino codo a codo, y cuando aparece el no me
sale o no puedo, solo muestro lo que un veterano de 38 años hoy puede hacer.
Si quieres un consejo, entrena dura,
pregunta todo lo que puedas y siempre ten la humildad de los grandes, porque es
allí donde estarás inspirando a otros a que no hay imposibles.
Espero que sirva la historia para
comprender el titulo…
Nos vemos pronto en el campo de juego.
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