La liga profesional de paintball colombiana fue una gran experiencia en esta etapa en Bogota, en los 12 minutos de juego tratamos de dar lo mejor de nosotros mismos pero no alcanzo para dar batalla y llegar a las finales. Fue un duro golpe para el equipo, pero cada tropezón nos hace mas fuertes.
La división es muy dura, y el nivel se incrementa día tras día claramente, tendremos que esforzarnos mucho mas para la siguiente fecha. Pero como siempre Bogota me deja ese sabor a casa que no puedo olvidar. Mis hermanos dan ese toque mágico de una familia que respira paintball de la misma manera que yo.
La cancha de la conejera siempre es un lujo del mejor nivel, tanto en su cuidado como el su armado. Un verdadero placer jugar allí nuevamente,
Ahora a preparase ya que nos espera la final del circuito en Cali, donde tendremos mas juego duro que disfrutar.
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